La mejor cama ortopédica para un chihuahua es aquella que combina espuma viscoelástica de alta densidad para aliviar la presión en las articulaciones con un diseño ergonómico adaptado a perros pequeños. Debe ser firme, pero cómoda, y contar con materiales transpirables y fundas lavables para mantener la higiene.

Un chihuahua adulto suele necesitar una cama ortopédica de entre 45 y 60 cm de largo, dependiendo de su peso y si duerme estirado o acurrucado. Es importante que la cama sea lo suficientemente amplia para permitir que el perro cambie de posición sin problemas.

Sí. Una cama ortopédica puede reducir el impacto en las articulaciones y proporcionar un soporte estable, lo que ayuda a minimizar el dolor y la incomodidad causados por la luxación de rótula. Esto mejora el descanso y favorece la recuperación.

Los mejores materiales son la espuma viscoelástica para el soporte, tejidos transpirables como algodón o lino para el confort y fundas resistentes y lavables para una mayor durabilidad. Un buen relleno distribuye el peso del perro de forma uniforme, evitando puntos de presión.

La mayoría de camas ortopédicas cuentan con fundas extraíbles que se pueden lavar a máquina. Se recomienda usar agua fría o templada y detergentes suaves. La espuma interna no debe mojarse; basta con ventilarla y limpiarla con un paño húmedo si es necesario.

Una cama ortopédica ofrece soporte específico para las articulaciones y la columna, reduciendo el dolor y previniendo problemas musculoesqueléticos. En cambio, una cama normal suele ser solo acolchada, sin el soporte adicional que los chihuahuas —sobre todo los mayores— necesitan.

En chihuahuas mayores, una cama ortopédica mejora la calidad del sueño, reduce el dolor articular, facilita levantarse y acostarse y ayuda a mantener una postura correcta. Esto se traduce en mayor movilidad y bienestar general.